Hace ya unas semanas, todo el mundo del deporte quedó impactado tras salir a la luz el posible positivo de Alberto Contador durante el transcurso del pasado Tour de Francia, del que el de Pinto resultó ganador. La sustancia irregular encontrada en el análisis ejecutado al corredor español es el clembuterol, que según afirma Alberto debió consumir a través de una carne en mal estado, infectada con la misma. Sin embargo, la presión efectuada por medios de otros países han hecho caer el prestigio de Contador y se pone en duda la profesionalidad hasta ahora ejemplar del corredor.
El mundo del ciclismo lleva ya un tiempo bajo sospecha, ya que son numerosos los casos de doping encontrados cada año, muy frecuentemente entre ciclistas de alto nivel como Alejandro Valverde, Ivan Basso, Ricardo Ricco, Vinokourov, Roberto Heras, etc. Todo esto está haciendo desprestigiar un deporte que siempre se ha caracterizado por la entrega desplegada por los corredores, siendo uno de los más duros que podemos encontrar a alto nivel. Por este motivo, la Unión Ciclista Internacional (UCI) debería tomar medidas para conseguir que no se manche más el nombre del ciclismo, y para ello, a mi juicio, no es necesario sancionar a la ligera a cualquiera que de positivo. Me fundamento en esta opinión porque creo que se ha de demostrar que efectivamente el corredor ha actuado ilegalmente, ya que son muchos los casos en los que no se termina por corroborar el consumo de alguna sustancia dopante y el corredor acaba cumpliendo una sanción sin poder competir durante dos años, lo que suele suponer su retirada o un gran descenso del nivel competitivo. Es curioso observar como los ciclistas no pueden apenas tomar medicamentos, ya que hasta las medicinas para un simple resfriado están en la lista de sustancias dopantes. Bien es cierto que se ha de ser estricto con aquellos que quieren hacer trampas con el fin de alcanzer el éxito, pero también resulta absurdo que por cuestiones meramente de salud o como en el caso de Contador una carne contaminada, se acuse a los corredores como verdaderos tramposos. Resulta lógico que se controle el ciclismo más que otros deportes debido a que el rendimiento físico es la base del éxito en esta disciplina, pero lo que tampoco es justo es que se llega a tales extremos.
El caso de Contador parece haberse convertido en el culmen de todo este asunto, por las consecuencias que traería consigo que el mejor corredor del momento con tres Tours, un Giro y una Vuelta en su palmarés, resultara ser un corredor dopado. Varios referentes en el mundo del ciclismo creen en la inosencia de Alberto, que está siendo muy arropado por la afición de nuestro país. No obstante, medios de prensa estranjera se han hecho eco de la noticia para desprestigiar a nuestro corredor, en especial las sensacionalistas prensas de Francia, Inglaterra y Alemania. Las declaraciones efectuadas en medios periodísticos de estos países dejan entrever una campaña que tiene como fin el descalabro deportivo de Contador. Dicha persecución mediatica, está fundamentada principalmente en la falta de éxitos que tienen en sus países, la cual les hace tener que desacreditar a los demás como escusa para obviar sus pésimos resultados deportivos.
A todo esto, Alberto se encuentra ahora mismo en una mala situación anímica, ya que su moral ha quedado destrozada por la incredulidad que parecen tener algunos de que es un corredor limpio. El corredor madrileño ha llegado incluso a declarar que, aunque le esculpen, no dudaría en abandonar el ciclismo tras el daño que le han hecho. En los últimos días se ha visto a Contador visitando varios programas de televisión para exponer su inosencia, que deberá demostrar en las próximas semanas y de cuya resolución penderá la carrera de nuestro campeón. Resulta paradógico, y al mismo tiempo injusto, observar como hace unos meses se hablaba de si Contador sería capaz de igualar a Indurain, Mercx, Hinault o Anquetil con cinco tours y convertirse en uno de los mejores ciclistas de la historia, y hoy sea tratado como un criminal que no se merece nada de lo que ha ganado.
Sin duda traera cola todo este asunto que está dañando cada día más la imagen de un deporte, en el que en los últimos años ha trascendido más la importancia de los acontecimientos extradeportivos relacionados con el dopaje que los meramente deportivos de la competición. Sin duda, se ha de cambiar la política en la lucha contra el dopaje, en especial en nuestro país, ya que es necesario conseguir identificar a aquellos que realmente consumen sustancias dopantes de forma intencionada. Esperemos que los acontecimientos que se vayan produciendo de aquí en adelante sean favorables para Alberto y podamos verlo en lo más alto del cajón el último día en los Campos Elíseos en el próximo Tour de Francia.
Mucho apoyo y suerte para él de aquí en adelante.
El mundo del ciclismo lleva ya un tiempo bajo sospecha, ya que son numerosos los casos de doping encontrados cada año, muy frecuentemente entre ciclistas de alto nivel como Alejandro Valverde, Ivan Basso, Ricardo Ricco, Vinokourov, Roberto Heras, etc. Todo esto está haciendo desprestigiar un deporte que siempre se ha caracterizado por la entrega desplegada por los corredores, siendo uno de los más duros que podemos encontrar a alto nivel. Por este motivo, la Unión Ciclista Internacional (UCI) debería tomar medidas para conseguir que no se manche más el nombre del ciclismo, y para ello, a mi juicio, no es necesario sancionar a la ligera a cualquiera que de positivo. Me fundamento en esta opinión porque creo que se ha de demostrar que efectivamente el corredor ha actuado ilegalmente, ya que son muchos los casos en los que no se termina por corroborar el consumo de alguna sustancia dopante y el corredor acaba cumpliendo una sanción sin poder competir durante dos años, lo que suele suponer su retirada o un gran descenso del nivel competitivo. Es curioso observar como los ciclistas no pueden apenas tomar medicamentos, ya que hasta las medicinas para un simple resfriado están en la lista de sustancias dopantes. Bien es cierto que se ha de ser estricto con aquellos que quieren hacer trampas con el fin de alcanzer el éxito, pero también resulta absurdo que por cuestiones meramente de salud o como en el caso de Contador una carne contaminada, se acuse a los corredores como verdaderos tramposos. Resulta lógico que se controle el ciclismo más que otros deportes debido a que el rendimiento físico es la base del éxito en esta disciplina, pero lo que tampoco es justo es que se llega a tales extremos.
El caso de Contador parece haberse convertido en el culmen de todo este asunto, por las consecuencias que traería consigo que el mejor corredor del momento con tres Tours, un Giro y una Vuelta en su palmarés, resultara ser un corredor dopado. Varios referentes en el mundo del ciclismo creen en la inosencia de Alberto, que está siendo muy arropado por la afición de nuestro país. No obstante, medios de prensa estranjera se han hecho eco de la noticia para desprestigiar a nuestro corredor, en especial las sensacionalistas prensas de Francia, Inglaterra y Alemania. Las declaraciones efectuadas en medios periodísticos de estos países dejan entrever una campaña que tiene como fin el descalabro deportivo de Contador. Dicha persecución mediatica, está fundamentada principalmente en la falta de éxitos que tienen en sus países, la cual les hace tener que desacreditar a los demás como escusa para obviar sus pésimos resultados deportivos.
A todo esto, Alberto se encuentra ahora mismo en una mala situación anímica, ya que su moral ha quedado destrozada por la incredulidad que parecen tener algunos de que es un corredor limpio. El corredor madrileño ha llegado incluso a declarar que, aunque le esculpen, no dudaría en abandonar el ciclismo tras el daño que le han hecho. En los últimos días se ha visto a Contador visitando varios programas de televisión para exponer su inosencia, que deberá demostrar en las próximas semanas y de cuya resolución penderá la carrera de nuestro campeón. Resulta paradógico, y al mismo tiempo injusto, observar como hace unos meses se hablaba de si Contador sería capaz de igualar a Indurain, Mercx, Hinault o Anquetil con cinco tours y convertirse en uno de los mejores ciclistas de la historia, y hoy sea tratado como un criminal que no se merece nada de lo que ha ganado.
Sin duda traera cola todo este asunto que está dañando cada día más la imagen de un deporte, en el que en los últimos años ha trascendido más la importancia de los acontecimientos extradeportivos relacionados con el dopaje que los meramente deportivos de la competición. Sin duda, se ha de cambiar la política en la lucha contra el dopaje, en especial en nuestro país, ya que es necesario conseguir identificar a aquellos que realmente consumen sustancias dopantes de forma intencionada. Esperemos que los acontecimientos que se vayan produciendo de aquí en adelante sean favorables para Alberto y podamos verlo en lo más alto del cajón el último día en los Campos Elíseos en el próximo Tour de Francia.
Mucho apoyo y suerte para él de aquí en adelante.
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